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Es el
Pedro Ximénez recién nacido, pletórico. Es el único que comercializa Toro Albalá sin
someterlo antes a crianza.
Tras
varios trasiegos que permiten clarificarlo, sin más se envasa en botellas de cristal
claro para que el consumidor pueda apreciar su densa tonalidad ambarina.
AÑADA:
Joven del año. |
CRIANZA:
Un año de depósitos. No se envejece en botas de roble. |
CATA:
Frutoso, exultante, con intensos aromas primarios a pasas, a dátiles y a miel de
eucaliptos y ligeros recuerdos a pastelería de horno. Aspirando con energía el catador
podrá apreciar lo que coloquialmente se llama aroma de palillo,
olor a
raspón seco que garantiza su noble origen y su pureza. Denso en la boca, cautivador,
dulce sin llegar a empalagar. De por si, es un postre excelente y revitalizador,
lleno de la energía que el sol ha acumulado en sus racimos. |
COLOR:
Ambarino intenso, brillante, denso, perezoso en la copa. |
GASTRONOMÍA:
De por si, es un postre excelente y revitalizador. Buen acompañante de quesos azules,
pasas y frutos secos. |
CONSERVACIÓN
Y CONSUMO: Conservar
en sitio fresco y oscuro. No tiene caducidad, incluso mejora en la botella con el paso de
los años. Temperatura de servicio: entre 10 y 16º C. |
ALCOHOL:
17% Vol. |
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